AGOSTO 18

1 Reyes 14:21-31Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

MUERE TAMBIÉN ROBOAM

El rey de Judá también hizo lo malo ante los ojos de Jehová. Al quinto año de su reinado, Sisac, rey de Egipto, vació el templo y el palacio de los tesoros acumulados por Salomón.

Roboam, en vez de recuperar lo genuino y valioso, cubre las apariencias con escudos de bronce. ¿No hacemos lo mismo en la iglesia? El mundo nos roba el oro de la comunión con Dios, y en vez de reconocer nuestra pobreza y acudir a Dios que nos puede dar “oro refinado en fuego” (Ap. 3:18Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.), lo sustituimos por bronce.

Si alguno recuerda las palabras dirigidas a la iglesia en Laodicea, tal vez objetará las palabras dar oro que están líneas arriba, y tendrá razón. Dios nos invita a comprar de él el oro refinado. ¿Qué es esto? ¿Cómo se compra? La ley de Dios es deseable “más que el oro, y más que mucho oro afinado” (Sal. 19:10Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.). Dios nos da su Palabra, pero hay un sentido en el cual tenemos que comprarla por esfuerzo nuestro: nos toca leerla y hacerla nuestra.

Compremos oro refinado. No nos conformemos con remedos de piedad cuando podemos conocer a Dios por medio de las Escrituras. Roboam murió pobre.

“El Sembrador”
La Semilla es la Palabra de Dios
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