Como en Deuteronomio, en muchos salmos del Quinto Libro se hace memoria de las maravillosas obras de Dios a favor de su pueblo. Para el judío, la salida de Israel de Egipto fue el evento más importante en su historia. Nosotros vemos allí una figura de la liberación de una esclavitud peor: la del pecado.
La estructura de este salmo es bella: hay cuatro estrofas de dos versículos y cada una tiene dos ideas paralelas.
Por ejemplo:
“Salió Israel de Egipto,
La casa de Jacob del pueblo extranjero”.
Observe este paralelismo en cada versículo.
El marco es bello, pero también debemos considerar las lecciones dentro del marco. Por ejemplo, en el versículo 2Judá vino a ser su santuario, E Israel su señorío., Dios quiere nuestra adoración: “santuario” y nuestra obediencia: “señorío”.
El Mar Rojo y el Jordán (v. 3El mar lo vio, y huyó; El Jordán se volvió atrás.) marcan principio y fin de un capítulo importante en la vida de la nación. A nosotros nos hablan de nuestra redención del mundo e introducción a bendiciones celestiales, ambas, por identificación con Cristo en su muerte, sepultura y resurrección.
La roca (v. 8El cual cambió la peña en estanque de aguas, Y en fuente de aguas la roca.) es Cristo visto en su crucifixión e intercesión (Éx. 17:6He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel.; Nm. 20:8Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias.; 1 Co. 10:4y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.).