ENERO 3

Salmo 109:1-31Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

¡VENGANZA!

El salmo principia y termina con peticiones personales (vs. 1-51 Oh Dios de mi alabanza, no calles; 2 Porque boca de impío y boca de engañador se han abierto contra mí; Han hablado de mí con lengua mentirosa; 3 Con palabras de odio me han rodeado, Y pelearon contra mí sin causa. 4 En pago de mi amor me han sido adversarios; Mas yo oraba. 5 Me devuelven mal por bien, Y odio por amor.; 20-31Ir a la Biblia en línea). La parte central (vs. 6-19Ir a la Biblia en línea (sitio externo)) clama por venganza contra los adversarios que hablan con lengua mentirosa al calumniar y con palabras de odio para herir.

De todos los salmos imprecatorios éste es el más fuerte. De los muchos adversarios mencionados al principio, David escoge a uno, y de su alma herida sale un torrente de odio que pide todos los castigos concebibles para su enemigo. Lo difícil es reconciliar estas palabras de odio con la enseñanza de amor a nuestros enemigos que encontramos en el Nuevo Testamento (Mt. 5:44-4844Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; 45para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. 46Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? 47Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? 48Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.). No perdamos de vista que el que habla en este salmo perdonó dos veces la vida al rey Saúl y aun en este salmo dice que amaba a sus enemigos.

Entenderemos mejor la severidad de este salmo si le damos su dimensión profética y vemos que no sólo se refiere a enemigos de David, sino también a Judas, el enemigo de Cristo (Hch. 1:20Porque está escrito en el libro de los Salmos: Sea hecha desierta su habitación, Y no haya quien more en ella; y: Tome otro su oficio.) y tal vez al anticristo. La severidad del castigo que se exige está acorde con lo grave del pecado. Pensar esto nos debe hacer apreciar más el perdón y a amar más al que llevó la maldición de nuestro pecado en su cuerpo en la cruz.

“El Sembrador”
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