Si la unidad era hermosa entre los israelitas, lo es aún más entre hermanos en Cristo que han sido bautizados por UN Espíritu en UN cuerpo (1 Co. 12:13Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.). En el salmo tenemos una exclamación y dos ilustraciones. El aceite habla de fragancia e investidura; el rocío de frescura y fertilidad. Ambas cosas son figura del Espíritu Santo que descendió del cielo para impartir poder (Hch. 1:8pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.) y producir fruto (Gá. 5:22,2322Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.) en los santos que habitan en armonía, en uno, y en Cristo.
Los que reciban la bendición del salmo anterior, deben bendecir al Señor que es: Fuente de la vida eterna y de toda bendición. Debemos bendecirle aun en la noche, en la oscuridad de estos días postreros tan peligrosos, en la noche de enfermedad, sufrimiento, adversidad y depresión. Pronto pasará la noche y vendrá el día eterno de gloria. Este salmo es el último de los cánticos graduales. Empezamos con angustia (Sal. 120Ir a la Biblia en línea), pero terminamos con bendición, palabra que está presente en cada versículo de este salmo.