“Jehová ha abandonado la tierra” (v. 12Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos de la casa de Israel hacen en tinieblas, cada uno en sus cámaras pintadas de imágenes? Porque dicen ellos: No nos ve Jehová; Jehová ha abandonado la tierra.), pensaban los principales. “Allí estaba la gloria del Dios de Israel” (v. 4Y he aquí, allí estaba la gloria del Dios de Israel, como la visión que yo había visto en el campo.), es el testimonio de Ezequiel. ¿Cuál era la verdad? La comunión se había roto y ya no había respuesta a las plegarias.
Los pecados quedan resumidos en la lección de cuatro visiones:
1. La imagen del celo. El corazón se había entregado a amar otras cosas y no a Dios. El celo es lo primero que aparece cuando la relación entre esposos comienza a corromperse y es en este contexto que se interpreta la visión.
2. La pared pintada. En su mente existía la idea que podían esconderse de Dios y, por rechazar la verdad, cayeron en abominable idolatría (Ro. 1:28Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; ).
3. La endecha de Tamuz. Esta fiesta pagana estaba relacionada con la fertilidad y nos habla de pasiones vergonzosas (Ro. 1:26Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza) a las que son entregados los que rechazan la ley de Dios.
4. La adoración del sol. La esperanza del alma ya no era Dios, le habían dado la espalda (v. 16Y me llevó al atrio de adentro de la casa de Jehová; y he aquí junto a la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar, como veinticinco varones, sus espaldas vueltas al templo de Jehová y sus rostros hacia el oriente, y adoraban al sol, postrándose hacia el oriente.). Estas actitudes las adoptaron para irritar a Dios (v. 17Y me dijo: ¿No has visto, hijo de hombre? ¿Es cosa liviana para la casa de Judá hacer las abominaciones que hacen aquí? Después que han llenado de maldad la tierra, se volvieron a mí para irritarme; he aquí que aplican el ramo a sus narices.), pero todo lo que lograron fue que sus ojos, corazones y oídos se cerraran (v. 18Pues también yo procederé con furor; no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia; y gritarán a mis oídos con gran voz, y no los oiré.). ¡Cuidado!