OCTUBRE 21

Ezequiel 20:1-44Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

HISTORIA ANTIGUA

Del pasado hemos de aprender lecciones (Ro. 15:4Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.). No aprenderlas, fue la condenación de estos ancianos de Israel (v. 1Aconteció en el año séptimo, en el mes quinto, a los diez días del mes, que vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar a Jehová, y se sentaron delante de mí.). La historia, como la cuenta el profeta, hace resaltar tres verdades:

1. Las leyes de Dios no cambian. Lo que Dios pidió de una generación, lo pide de las siguientes. Transportemos esto a nuestros días cuando se piensa que han de hacerse nuevas normas de conducta para ir con el siglo. La ley de Dios es invariable.

2. Dios aborrece la infidelidad. Tiene todo derecho a ello, pues el antídoto a la infidelidad es el amor, y mayor amor que el suyo hacia sus hijos no hay.

3. Cuando Dios actuó a favor de sus hijos, perdonándolos y dándoles una nueva oportunidad, no lo hizo a causa de ellos sino que leemos: “Actué a causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista de las naciones” (vs. 9Con todo, a causa de mi nombre, para que no se infamase ante los ojos de las naciones en medio de las cuales estaban, en cuyos ojos fui conocido, actué para sacarlos de la tierra de Egipto.,14Pero actué a causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado.,22Mas retraje mi mano a causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado.,44Y sabréis que yo soy Jehová, cuando haga con vosotros por amor de mi nombre, no según vuestros caminos malos ni según vuestras perversas obras, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor.).

Esta lección debe pasar a nuestros días. En nosotros no hay nada bueno que Dios pueda ver y que lo mueva a misericordia: sólo hay “caminos malos” (v. 44Y sabréis que yo soy Jehová, cuando haga con vosotros por amor de mi nombre, no según vuestros caminos malos ni según vuestras perversas obras, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor.). Si hemos alcanzado misericordia es por las riquezas de su gracia, no por obras que hubiéramos hecho (Tit. 3:3,53Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. 5nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo).

“El Sembrador”
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