JULIO 7

Job 7:1-21Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

PRIMERA RESPUESTA DE JOB (Continuación)

En el capítulo anterior Job se dirige a sus amigos. Aquí habla con Dios. Primero señala la brevedad de la vida: es como los días de un jornalero, más veloz que la lanzadera del tejedor; es un soplo, una nube que se desvanece, es breve y llena de dolor. Luego hace dos preguntas: ¿Por qué me trata Dios así? Si he pecado, ¿por qué no me perdona?

Ve a Dios como un enemigo que lo martiriza en forma tan despiadada y constante, que ni siquiera tiene tiempo de tragar saliva (v. 19¿Hasta cuándo no apartarás de mí tu mirada, Y no me soltarás siquiera hasta que trague mi saliva?). En vez de pedir ayuda y buscar reconciliación sólo dice: “Déjame” (v. 16Abomino de mi vida; no he de vivir para siempre; Déjame, pues, porque mis días son vanidad.). ¡Tal era su desesperación y abatimiento!

Observemos que al hablar del pecado y del perdón no confiesa su propio pecado (esto no lo hará hasta el final del libro), sólo admite la posibilidad de haber pecado. ¡Pobre Job! Dice que Dios es el “Guarda de los hombres” (v. 20Si he pecado, ¿qué puedo hacerte a ti, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me pones por blanco tuyo, Hasta convertirme en una carga para mí mismo?), pero está pensando en un carcelero o un verdugo, no en el guardador que vemos en el Salmo 121Ir a la Biblia en línea (sitio externo), que cuida con el cariño de un padre, con la ternura de una madre o como la gallina cuida a sus polluelos (Mt. 23:37¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! ; Lc. 13:34¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!).

“El Sembrador”
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