Elifaz da buenos consejos en este capítulo. Pronuncia verdades innegables: “Como las chispas se levantan para volar por el aire, así el hombre nace para la aflicción”. Por lo tanto conviene buscar a Dios y encomendarnos a él (vs. 7,87 Pero como las chispas se levantan para volar por el aire, Así el hombre nace para la aflicción. 8 Ciertamente yo buscaría a Dios, Y encomendaría a él mi causa;).
La Epístola a los Hebreos cita palabras de Elifaz sobre la bienaventuranza del hombre a quien Dios castiga (v. 17He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso.; Heb. 12:5,65y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; 6 Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.). Hay mucha verdad en todo lo que dice Elifaz y eso hace que su ataque sea tan sutil y difícil para Job.
El fundamento del argumento de Elifaz es falso ya que asegura que el pecado es causa única del sufrimiento de Job. Recordemos que ni Job ni sus amigos sabían lo que hemos leído en los dos primeros capítulos de este libro.
Al seguir leyendo tengamos en mente que nuestro conocimiento es limitado, por lo tanto, no nos conviene juzgar lo que no podemos ver.
Hay ayuda espiritual y consuelo en los versículos 8Ciertamente yo buscaría a Dios, Y encomendaría a él mi causa, 17He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso. y 18Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará; El hiere, y sus manos curan.. Tal vez podamos usar estas palabras hoy para consolar a alguno que sufre.