JULIO 4

Job 4:1-21Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

ELIFAZ, EL MATERIALISTA

Para Elifaz, todo era muy sencillo: si Job sufría era porque había pecado. Le dice a Job: “¿Qué inocente se ha perdido? y ¿en dónde han sido destruidos los rectos?” (v. 7Recapacita ahora; ¿qué inocente se ha perdido? Y ¿en dónde han sido destruidos los rectos?).

Al principio de su discurso parece que sería considerado con Job, pero no tarda en manifestarse su dogmatismo, aspereza y falta de discernimiento. Job necesitaba la comprensión y el cariño de un “Buen Samaritano” que ungiera sus heridas con aceite y lo fortaleciera con vino.

Elifaz el temanita pone irritantes en la herida al acusar a Job de arar iniquidad y sembrar injuria. Luego, en vez de consolar, trata de espantar a Job contando la visión de un fantasma (vs. 12-21Ir a la Biblia en línea). La visión tiene mucho de verdad al describir la grandeza y majestad de Dios, pero las conclusiones que saca son erróneas.

Recordemos que no todos los espíritus son fuentes de revelación divina (1 Jn. 4:1Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo). Recordemos también que habitamos en “casas de barro” (v. 19¡Cuánto más en los que habitan en casas de barro, Cuyos cimientos están en el polvo, Y que serán quebrantados por la polilla!), “para que la excelencia del poder sea de Dios” (2 Co. 4:7Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros).

“El Sembrador”
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