Job habla primero de los tesoros escondidos en la tierra y describe los procesos de la minería: la oscuridad de la mina, el peligro de bajar suspendido por reatas, el refinamiento de los metales, etc.
El hombre arriesga su vida y su comodidad para obtener zafiros y polvo de oro, pero hay tesoros más valiosos que no se pueden hallar en minas o en lo profundo del mar. No se pueden comprar con oro, plata, ónices, zafiros, diamantes, coral, perlas o topacios.
Si no se puede descubrir o comprar, “¿de dónde, pues, vendrá la sabiduría?” (v. 20¿De dónde, pues, vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia?). La sabiduría está en temer a Dios y apartarse del mal (v. 28Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, Y el apartarse del mal, la inteligencia.). Abandonar el mal debe acompañarse de la obediencia alegre de los mandamientos de Dios (Sal. 111:10El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; Su loor permanece para siempre.).
En el Nuevo Testamento tenemos otra respuesta a la pregunta de Job: ¿Dónde se halla la sabiduría? Pablo responde: En Cristo, “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” (Col. 2:3en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.). El que tiene a Cristo y está en él, tiene la sabiduría de Dios (1 Co. 1:30Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;).