Las sectas que enseñan el sueño del alma, la aniquilación del impío y otros errores parecidos, frecuentemente se apoyan en textos tomados de Job sin notar que lo que afirman, no es revelación divina. La inspiración registra lo que los protagonistas de este drama afirman, pero antes de la terminación del libro se demuestra el error de sus aseveraciones.
Job hace preguntas importantes. ¿Sabemos las respuestas? Por ejemplo: “Perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?” (v. 10Mas el hombre morirá, y será cortado; Perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?). “Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?” (v. 14Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir? Todos los días de mi edad esperaré, Hasta que venga mi liberación.). Para el creyente, como para Job, la muerte es un llamado al que es obligatorio responder (v. 15Entonces llamarás, y yo te responderé; Tendrás afecto a la hechura de tus manos; 13:22Llama luego, y yo responderé; O yo hablaré, y respóndeme tú.).
Job añade que Dios llama con afecto a la hechura de sus manos. Somos “hechura suya” (Ef. 2:10Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.) y no hay duda de su afecto hacia lo que ha creado y redimido. Este pensamiento es la primera chispa que alumbra por un instante la noche de Job. Pero Job vuelve a la desesperación que provoca la sospecha de que Dios es su enemigo.
Así termina la primera vuelta de la controversia. Job, al justificarse, juzga mal a Dios. Sus amigos, al juzgar en vez de compadecer, también pecan.