El Señor, muchas veces exhortó a sus oyentes a oír. Esto es necesario, porque oír atentamente es un acto de voluntad y requiere criterio.
No todo lo que llega a nuestros oídos merece nuestra atención. El oído puede probar las palabras como el paladar prueba lo que comemos. Se nos manda probar las palabras de Job cuando dudaba de la justicia de Dios. Eliú afirma que Dios es justo y que su relación con el hombre es conforme a su carácter.
La creación atestigua de la justicia de Dios, así como de su poder. Pedro tiene esto en mente cuando dice: “De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador...” (1 P. 4:19De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.). El Creador que sustenta todas las cosas con la palabra de su poder conoce los caminos y los pasos del hombre (v. 21Porque sus ojos están sobre los caminos del hombre, Y ve todos sus pasos.), no carga sobre él más de lo justo (v. 23No carga, pues, él al hombre más de lo justo, Para que vaya con Dios a juicio.) y le da reposo cuando lo necesita (v. 29Si él diere reposo, ¿quién inquietará? Si escondiere el rostro, ¿quién lo mirará? Esto sobre una nación, y lo mismo sobre un hombre;).
Todo esto lo hace nuestro Buen Pastor para nosotros hoy. Agradezcamos su cuidado constante. Escuchemos la voz de nuestro Pastor y no prestemos atención a las voces confusas de los hombres.