Volvemos a notar que ésta es la misión principal de los apóstoles (v. 15y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.). Como testigo, Pedro vuelve a proclamar el evangelio. Los sermones de Pedro son una lección para todo predicador. Analicemos éste:
1. Introducción. Explica el acontecimiento que ellos no entienden (vs. 12-16Ir a la Biblia en línea). Con esto capta la atención, centra el pensamiento y exalta el nombre de Jesús.
2. Tema. El hombre (v. 17Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes.), Dios (v. 18Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer.), Dios y el hombre (vs. 19-2119Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, 20y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; 21a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.). Estas son partes que todo sermón evangelístico debe tener: la situación del hombre ante Dios como pecador, las promesas y los planes de Dios para con el hombre y la forma en que el hombre ha de responder al amor de Dios.
3. Conclusión. La alternativa de aceptar o rechazar el mensaje y sus consecuencias. Más que un final retórico, ha de buscarse un final práctico y convincente de la imperiosa necesidad de aceptar a Cristo inmediatamente. Se presentará con igual énfasis: el juicio (v. 23y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo.) y la bendición (v. 26A vosotros primeramente, Dios, habiendo levantado a su Hijo, lo envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad.).
Aprendamos a ser testigos.