AGOSTO 12

Hechos 1:12-26Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

TESTIGOS DE SU RESURRECCIÓN

La promesa del Espíritu Santo ya estaba hecha, pero leemos que estaban “unánimes en oración y ruego” (v. 14Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.). Si Dios promete algo, ¿es necesario que se lo pidamos? Sí, porque esto ejercita nuestra fe y sin fe el poder de Dios no puede actuar. La oración también nos mantiene en contacto con Dios para que tengamos un mismo sentir con respecto a lo que él desea que hagamos con lo que ha prometido darnos. Ayer marcábamos la ineludible responsabilidad de ser testigos. Estar conscientes de esto es primordial en el trabajo de evangelización.

Cuando buscamos ganar a alguien para Cristo aceptamos que:

1. Hemos de instruirlo sobre esta responsabilidad.

2. Debemos motivarlo a comenzar en su casa (Mr. 5:19Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. ).

3. Debemos ayudarlo a buscar una esfera de servicio.

Cuando José y Matías fueron señalados notamos:

a) La experiencia del testigo. Ha de haber estado con Jesús (v. 21Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros).

b) La comunión del testigo. Debió de haber estado con los discípulos.

c) La misión del testigo. Testificar de la resurrección, es decir, demostrar que somos nuevas criaturas (Ef. 1:17-2017para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, 19y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, 20la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales).

¿Somos fieles testigos de su resurrección?

“El Sembrador”
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