Los versículos 2 y 32¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás? 3¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan. nos indican lo que sentía Habacuc hacia el pecado: un profundo rechazo. Esto le hace exclamar: “¿Por qué me haces ver iniquidad?” El Dios santo responde que Israel iba a ser destruido por los caldeos como castigo por su pecado (vs. 5-115Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis. 6Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, nación cruel y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las moradas ajenas. 7Formidable es y terrible; de ella misma procede su justicia y su dignidad. 8Sus caballos serán más ligeros que leopardos, y más feroces que lobos nocturnos, y sus jinetes se multiplicarán; vendrán de lejos sus jinetes, y volarán como águilas que se apresuran a devorar. 9Toda ella vendrá a la presa; el terror va delante de ella, y recogerá cautivos como arena. 10Escarnecerá a los reyes, y de los príncipes hará burla; se reirá de toda fortaleza, y levantará terraplén y la tomará. 11Luego pasará como el huracán, y ofenderá atribuyendo su fuerza a su dios.). La confianza de Habacuc descansa en otro de sus atributos: Dios es eterno (v. 12¿No eres tú desde el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío? No moriremos. Oh Jehová, para juicio lo pusiste; y tú, oh Roca, lo fundaste para castigar.) y por eso dice que el pueblo no moriría y ve en el castigo un beneficio.
Hoy, como en el tiempo del profeta, hay pecado en el mundo y éste trata de entrar en nuestras vidas. ¿Cuál es nuestra reacción? Dios quiera sea de rechazo, como el de Habacuc, para que el pecado se mantenga lejos. Recordemos que el Señor quiere que seamos santos (1 P. 1:16porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo). Recordemos también que viviremos para siempre porque nuestro Padre es eterno y nos ha dado vida eterna. Debemos compartir con otros este conocimiento y nuestra confianza en un Dios que es Santo y Eterno.
Estos dos atributos de Dios tienen mucho que ver en la vida de los hombres. Meditemos en ellos hoy y, como Habacuc, confiemos en Dios.