Dios habla ahora a los sacerdotes y les pide que se vuelvan a él de corazón. Habían olvidado el pacto que Dios había hecho con la casa de Leví (Éx. 32:29Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado a Jehová, pues cada uno se ha consagrado en su hijo y en su hermano, para que él dé bendición hoy sobre vosotros.; Nm. 3:11-1311Habló además Jehová a Moisés, diciendo: 12He aquí, yo he tomado a los levitas de entre los hijos de Israel en lugar de todos los primogénitos, los primeros nacidos entre los hijos de Israel; serán, pues, míos los levitas. 13Porque mío es todo primogénito; desde el día en que yo hice morir a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, santifiqué para mí a todos los primogénitos en Israel, así de hombres como de animales; míos serán. Yo Jehová.) y con Aarón (Nm. 25:10-1310Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: 11Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos; por lo cual yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel. 12Por tanto diles: He aquí yo establezco mi pacto de paz con él; 13y tendrá él, y su descendencia después de él, el pacto del sacerdocio perpetuo, por cuanto tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel.).
Las características de este pacto son:
1. Vida. Por su intercesión no son todos consumidos.
2. Paz. Por su intermediación, cesarían los pleitos.
3. Servicio. Tenía la responsabilidad de bendecir, ser ejemplo del pueblo y enseñar la ley.
Los creyentes somos sacerdotes también (Ap. 1:6y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.) y tenemos un pacto con Dios. Tenemos vida y paz, y debemos tener temor de Dios para andar delante de él en perfección (Gn. 17:1Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.), y traer bendición, vida y paz a los que nos rodean.
Tomemos ejemplo de Leví (vs. 4,64Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho Jehová de los ejércitos. 6La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad.): estemos preparados y llenos de la palabra por si alguno demanda razón de nuestra esperanza (1 P. 3:15sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros). Debemos andar en santidad hasta que Cristo venga (1 Ts. 5:23Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo).
¿Somos sacerdotes de Dios? El versículo 7Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos. identifica al sacerdote como mensajero de Dios, y debemos anunciar las virtudes de Cristo (1 P. 2:9Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable).