ABRIL 5

Hebreos 4:1-13Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

UN REPOSO PARA EL PUEBLO

A semejanza de ayer, es necesario tener cuidado en la interpretación. No es “entrar” contra “perder” (o no entrar), sino “alcanzar” contra “parecer alcanzar”.

Volvimos a leer la recomendación: “No endurezcáis vuestros corazones” (v. 7otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones.); y se añade a la fe (3:14Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio), el vivir en el temor de Dios (4:1,111Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado 11Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.). Pablo dijo: “La fe es por el oír” (Ro. 10:17Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios), y aquí leemos que el oír de nada aprovecha si no va “acompañado de fe” (v. 2Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.). La secuencia podría quedar así: Del oír nace la fe; el oír, más fe, da como producto el temor de Dios; el oír, junto con el temor de Dios, da como resultado la obediencia; la obediencia es trabajo y la cesación de trabajo es reposo.

Concluimos, pues, que, para “entrar en aquel reposo” (v. 11Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia), hemos de ejecutar primero el trabajo que viene de la obediencia, que nace del temor de Dios, que es producto del oír con fe.

En contraste, el que parece “no haberlo alcanzado” (v. 1Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado) es aquel que, aunque en el cielo, aquí en la tierra no hizo nada por su Señor. Meditemos, pues, en lo que hacemos mientras se dice HOY, a través de los “ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta” (v. 13Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.) y no permanezcamos “ociosos ni sin fruto” (2 P. 1:8Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo).

“El Sembrador”
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