FEBRERO 26

Lucas 6:20-49Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

¿ACCIONES... O CORAZONES?

Como secuencia de la lección de ayer sobre cómo determinar lo que es lícito hacer en el día de reposo, el Señor parece recorrer el decálogo dándole una interpretación que el pueblo jamás había oído. Esto es lo que en Mateo llamamos: “El Sermón del Monte”, pero en Lucas, parece que debiéramos llamarlo: “El Sermón del Llano” (6:17Y descendió con ellos, y se detuvo en un lugar llano, en compañía de sus discípulos y de una gran multitud de gente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón, que había venido para oírle, y para ser sanados de sus enfermedades).

Los hombres, al poner títulos a partes de la Biblia, crean confusión. Si juntamos los dos relatos podremos ver un lugar llano en un monte y concluir que es la misma ocasión.

La recopilación que hace Lucas también muestra otra singularidad: Lucas está presentando una interpretación que es más para el creyente que para el judío. Como ejemplo de esto comparemos la lección de los árboles (vs. 43-4543No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. 44Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. 45El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.; Mt. 7:15-2015Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 20Así que, por sus frutos los conoceréis.). Al judío le está diciendo: reconoce por sus frutos a los falsos maestros e intérpretes de la ley. Al creyente no le está permitiendo pararse como juez de su hermano (compárese con la enseñanza de Pablo en Romanos 14:10-1310Pero tú, ¿por quÉ juzgas a tu hermano? O tú tambi&uEcute;n, ¿por quÉ menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. 11Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. 12De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí. 13Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.); por esto le indica que cada uno debe ver lo que hay en su propio corazón al ver lo malo de sus palabras y acciones.

De un corazón inmundo saldrán malas palabras (v. 45El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca), pero lo inverso no es cierto. Si salen palabras buenas (“Señor, Señor”) no por eso hay rectitud en el corazón (v. 46¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?). ¿Tenemos el “buen tesoro” en nuestro corazón?

“El Sembrador”
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