FEBRERO 20

Lucas 2:21-52Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

“LE PUSIERON POR NOMBRE JESÚS”

¡Qué responsabilidad tuvieron José y María! Vigilaron que el niño:

1. Creciera en sabiduría (vs. 40,5240Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él. 52Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.). El trabajo de los padres es instruir a los hijos en la ley y los profetas (2 Ti. 1:5trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.). Cristo tuvo una mente humana perfecta que no olvidaría nada, pero alguien tuvo que enseñarle lo que sabía (v. 47Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.).

2. Creciera en estatura (v. 40Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él.). Aquí podemos añadir la responsabilidad de José. Trabajaba para traer a casa algo que comer.

3. Creciera en gracia (v. 40,5240Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él. 52Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.). Pero también el Espíritu Santo tuvo su parte. ¡Que bueno fue que los padres le dejaron hacer su trabajo!

La responsabilidad de los padres se ve al llevarlo al templo y ponerle el nombre que el ángel había indicado. Como había nacido “bajo la ley” (Gá. 4:44Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley), ésta tenía que cumplirse (v. 2424y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos.).

En el templo suceden tres escenas:

a) El Espíritu guía a Simeón al niño (vs. 25,2725Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. 27Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley) para que confiese: “Han visto mis ojos tu salvación” (v. 30Porque han visto mis ojos tu salvación).

b) Simeón bendice a María y profetiza (v. 35(y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.).

c) Ana ve culminados sus días de ayuno (v. 37y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. ): ve al niño. Su servicio no cesa: cambia (v. 38Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.).

“El Sembrador”
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