EL Cuarto Libro de los Salmos corresponde al Libro de Números. Se inicia con un salmo escrito por Moisés cuando el pueblo incrédulo fallecía en el desierto a causa de su falta de fe. Podemos leer de este incidente en el Cuarto Libro del Pentateuco.
El segundo de esta sección, el Salmo 91Ir a la Biblia en línea, nos lleva a contemplar a Cristo quien no fue derrotado en el desierto sino que venció a Satanás con la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios. Él nos puede proteger de todo peligro y nos mostrará su salvación en todo conflicto que tengamos en nuestro peregrinar por este mundo.
En muchos salmos de esta sección se mencionan las circunstancias que prevalecerán durante el milenio, cuando Cristo reine sobre la tierra y sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. El reino de Cristo, donde mora la justicia, es la meta del peregrinaje del pueblo hebreo, según profecía (Heb. 4:9Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios). Pero el nuestro es mucho mejor (1 Ts. 4:17Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.), pues es para siempre, no mil años. Esta esperanza nos debe infundir fortaleza para vivir y andar como extranjeros y peregrinos en este mundo y nos ayudará a vencer “los deseos carnales que batallan contra el alma” (1 P. 2:11Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma).
Que el tener vidas victoriosas, progreso hacia la madurez espiritual y un gozo abundante, sean las consecuencias de nuestro estudio del Cuarto Libro de los Salmos: los Salmos 90 al 106Ir a la Biblia en línea