Así lo indica el título. El pueblo de Israel lo usaba cuando descansaba el séptimo día de la semana.
Podemos encontrar en él muchas razones para alabar a Dios si conocemos experimentalmente el descanso que Cristo ofrece a los que a él acuden (Mt. 11:28Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.). El verdadero descanso viene al dejar de confiar en nuestras obras y encontrar apoyo en las obras de Dios, sobre todo la efectuada en el Calvario.
Las obras de Dios nos dan gozo y alegría (v. 4Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; En las obras de tus manos me gozo.), son grandes (v. 5¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos.), también nos dan fuerza y unción con aceite fresco (v. 10 Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; Seré ungido con aceite fresco.). Podemos encontrar motivos para alabar a Dios con nuestra boca cantando salmos (v. 1Bueno es alabarte, oh Jehová, Y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo;), o con instrumentos musicales (v. 3En el decacordio y en el salterio, En tono suave con el arpa.), al comparar la suerte de los justos con la condición de los impíos.
Esto, en el marco de una lección de botánica, nos trae a la memoria el Salmo 1Ir a la Biblia en línea. Allá, se compara el árbol fructífero que está “junto a corrientes de agua”, con el tamo (1:3,43 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. 4 No así los malos, Que son como el tamo que arrebata el viento.); acá, se compara la hierba (v. 7Cuando brotan los impíos como la hierba, Y florecen todos los que hacen iniquidad, Es para ser destruidos eternamente.), con la palmera y con el cedro (v. 12El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano.). La hierba dura poco tiempo mientras que palmeras y cedros, plantados en la casa de Jehová, fructifican hasta la vejez (v. 14Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes). “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto” (Jn. 15:8En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.).