ENERO 17

Salmo 89:1-52Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

MISERICORDIA Y VERDAD

Siete veces habla este Salmo de las misericordias de Dios e igual número de veces de su fidelidad y verdad. Si en el Salmo anterior sentimos el dolor de la semana de la pasión de nuestro Salvador, aquí palpamos la alegría de la Navidad.

Pero primero tenemos que encarar un problema: Etán, el que escribe, está en un dilema. Conoce los atributos de Dios (vs. 5-18Ir a la Biblia en línea). Dios es incomparable en los cielos y en la tierra. Recuerda el pacto que Dios hizo con David (vs. 19-37Ir a la Biblia en línea; 2 S. 7Ir a la Biblia en línea). Dios le prometió un trono eterno. Pero Etán conoce también las circunstancias de su presente (vs. 38-51Ir a la Biblia en línea) que tal vez abarca los últimos días del reino de Judá con la patria invadida, los ejércitos derrotados y el rey destituido.

Etán ora en los últimos versículos para que se restaure la monarquía a la familia de David en cumplimiento del pacto. Etán no conoció la respuesta, pero nosotros sí la conocemos. Dios cumplió su palabra en Cristo, el Hijo de David (Lc. 1:32Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre).

Sin conocer la respuesta, Etán pudo decir: “Bendito sea Jehová para siempre” (v. 52Bendito sea Jehová para siempre. Amén, y Amén.).

¡Que las lecturas del tercer Libro de los Salmos nos hayan ayudado a decir: “¡Gracias a Dios por su don inefable!” (2 Co. 9:15¡Gracias a Dios por su don inefable!).

“El Sembrador”
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