El profeta lo describe con estas palabras:
1. Soberbia (50:31He aquí yo estoy contra ti, oh soberbio, dice el Señor, Jehová de los ejércitos; porque tu día ha venido, el tiempo en que te castigaré. ). No ver la SOBERANÍA de Dios.
Dios había permitido que todo lo que Babilonia emprendiera prosperara, y esto la llevó a caer en el pecado de soberbia, pues no quiso ver que todo pasaba por la voluntad de Dios. Acordémonos de esto cuando nos quejamos de que el camino del impío es de prosperidad y el del justo es escabroso. Dios lo permite así para que el impío se hunda aún más en sus pecados.
2. Jactancia (51:55Porque Jehová destruirá a Babilonia, y quitará de ella la mucha jactancia; y bramarán sus olas, y como sonido de muchas aguas será la voz de ellos.). No reconocer la SABIDURÍA de Dios.
Ciertamente fue como “copa de oro” en manos de Dios (v. 7Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la tierra; de su vino bebieron los pueblos; se aturdieron, por tanto, las naciones. ), pero Babilonia nunca lo entendió así. Ésta es la consecuencia lógica de no ver la mano de Dios en nuestras vidas.
3. Sacrilegio (50:11Limpiad las saetas, embrazad los escudos; ha despertado Jehová el espíritu de los reyes de Media; porque contra Babilonia es su pensamiento para destruirla; porque venganza es de Jehová, y venganza de su templo.). No admitir la SANTIDAD de Dios.
Este versículo sin duda se refiere al último acto de Babilonia (Dn. 5Ir a la Biblia en línea). Belsasar, rey segundo, trajo vasos de oro y plata del templo para embriagarse con ellos. Esa noche los medos destruyeron el reino (v. 11Limpiad las saetas, embrazad los escudos; ha despertado Jehová el espíritu de los reyes de Media; porque contra Babilonia es su pensamiento para destruirla; porque venganza es de Jehová, y venganza de su templo.) y salen correos a dar aviso al rey que estaba lejos de la capital (v. 31Correo se encontrará con correo, mensajero se encontrará con mensajero, para anunciar al rey de Babilonia que su ciudad es tomada por todas partes.). ¡Maravilloso dato profético que fue cumplido totalmente!
¿Hay en mí vestigios de estos tres pecados? Debo erradicar toda soberbia, toda jactancia y todo lo que hable de sacrilegio.