Diciembre 26

INTRODUCCIÓN A SANTIAGO

Santiago 1:1-27Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

FE VICTORIOSA

La fe es el secreto de la victoria sobre pruebas y tentaciones que son parte de la vida cristiana (vs. 2,122Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas 12Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.). Las pruebas no son algo opcional, son inevitables. Observemos que ambos versículos citados dicen “cuando” en vez de decir “si”, y no se trata de evadir las pruebas, sino de resistirlas.

Los versículos 12-1512Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. 13Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; 14sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. 15Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. nos dan el génesis de la tentación y la genealogía del pecado. Merecen estudio intenso. ¿Qué necesitamos para ser vencedores en tiempo de prueba? Se mencionan varias puntos en este capítulo:

1. Paciencia (v. 4Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.). Si por impaciencia huimos de la prueba, perderemos los beneficios que puede aportarnos.

2. Sabiduría (v. 5Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.). Esta es una gran necesidad, pero, gracias a Dios, la provisión es superior a la necesidad.

3. Recursos. “Toda buena dádiva y todo don perfecto” (v. 17Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.).

4. La palabra (vs. 21-2521Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. 22Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. 25Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.). Debemos recibir la palabra porque, ingerida, es un poder en nosotros que nos ayuda a hacer la voluntad de Dios.

Recibimos la palabra de Dios al oírla, obedecerla y perseverar en ella. Esa es la diferencia entre la religión “vana” (v. 26Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. ) y la que es “pura y sin mácula” (v. 27La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.).

“El Sembrador”
La Semilla es la Palabra de Dios
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