Muchas religiones dan lugar a la fe, pero añaden algo a ella. Este capítulo nos enseña que la fe es suficiente.
Los casos de Abraham y David se usan para probar que la justificación es por fe SIN OBRAS (v. 6Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras). Abraham creyó y eso “le fue contado por justicia” (v. 3Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.). El caso de David es diferente, pero la conclusión es la misma. Pablo cita el Salmo 32Ir a la Biblia en línea, escrito cuando David había aceptado su pecado de codicia, adulterio y homicidio. La ley exigía la muerte por dos de estos pecados. ¿Qué podía hacer David para no morir por la seducción de Betsabé y el homicidio disfrazado de Urías? ¿Qué podía hacer David para restaurar su comunión con Dios? ¡Nada! El perdón y la justicia que recibió fue por gracia, sin obras suyas.
La justificación también es SIN RITOS (v. 10¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. ). En el primer siglo muchos pensaban que la circuncisión era requisito para la salvación. Hoy hay quienes insisten que ritos o ceremonias son indispensables. Pablo demuestra que Abraham fue justificado catorce años antes de su circuncisión (Gn. 15:6Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.; 17:10Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros.).
El rito es sello y testimonio, pero no causa ni base de la justificación.