El pasaje leído nos lleva a pensar en tres ministerios:
1. El de Cristo (vs. 7-127Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios. 8Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres, 9y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito: Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles, Y cantaré a tu nombre. 10Y otra vez dice: Alegraos, gentiles, con su pueblo. 11Y otra vez: Alabad al Señor todos los gentiles, Y magnificadle todos los pueblos. 12Y otra vez dice Isaías: Estará la raíz de Isaí, Y el que se levantará a regir los gentiles; Los gentiles esperarán en él.). Él se hizo ministro (siervo) no sólo para traer bendición a los judíos (circuncisión), sino también para traer misericordia a los gentiles, lo que se demuestra con citas de Salmos, Deuteronomio e Isaías; las tres divisiones principales del Antiguo Testamento que son: la ley, los salmos y los profetas.
2. El de Pablo (vs. 15-2115Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada 16para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo. 17Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere. 18Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, 19con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. 20Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, 21sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; Y los que nunca han oído de él, entenderán.). Dios le había llamado a ser ministro de los gentiles y sus esfuerzos constantes y viajes incesantes tuvieron como resultado que desde Jerusalén hasta Ilírico (lo que nosotros hasta hace poco conocíamos como Yugoslavia), todo lo había llenado del evangelio.
3. El nuestro (vs. 13,14 13Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. 14Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros.). En los versículos centrales de nuestra porción hay una oración pidiendo que el Dios de esperanza, por el poder del Espíritu Santo, nos enseñe a amonestarnos unos a otros. ¡Cuánta falta hace este ministerio! Tomemos nota de los requisitos necesarios. Antes de amonestar pidamos que Dios nos llene de gozo, paz en el creer, abundancia de esperanza, de bondad y de todo conocimiento.
¿Será por falta de algunas de estas cosas que nuestras amonestaciones a veces no producen resultados?