Septiembre 2

2 Crónicas 34:8-21Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

HALLAZGO TRASCENDENTAL

Después de haber hecho una decisión acertada acerca de Dios (v. 3A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas.) y de cumplir un deber para con Dios (vs. 3-73A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas. 4Y derribaron delante de él los altares de los baales, e hizo pedazos las imágenes del sol, que estaban puestas encima; despedazó también las imágenes de Asera, las esculturas y estatuas fundidas, y las desmenuzó, y esparció el polvo sobre los sepulcros de los que les habían ofrecido sacrificios. 5Quemó además los huesos de los sacerdotes sobre sus altares, y limpió a Judá y a Jerusalén. 6Lo mismo hizo en las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón y hasta Neftalí, y en los lugares asolados alrededor. 7Y cuando hubo derribado los altares y las imágenes de Asera, y quebrado y desmenuzado las esculturas, y destruido todos los ídolos por toda la tierra de Israel, volvió a Jerusalén.), Josías hizo un descubrimiento de Dios (vs. 14-1914Y al sacar el dinero que había sido traído a la casa de Jehová, el sacerdote Hilcías halló el libro de la ley de Jehová dada por medio de Moisés. 15Y dando cuenta Hilcías, dijo al escriba Safán: Yo he hallado el libro de la ley en la casa de Jehová. Y dio Hilcías el libro a Safán. 16Y Safán lo llevó al rey, y le contó el asunto, diciendo: Tus siervos han cumplido todo lo que les fue encomendado. 17Han reunido el dinero que se halló en la casa de Jehová, y lo han entregado en mano de los encargados, y en mano de los que hacen la obra. 18Además de esto, declaró el escriba Safán al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me dio un libro. Y leyó Safán en él delante del rey. 19Luego que el rey oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestidos).

Al regresar a Jerusalén después de dirigir personalmente el saneamiento de la nación, el rey mandó reparar la casa de Dios. El orden de actividades no es casual sino necesario. Debemos buscar limpieza de pecado en nuestra vida antes de buscar comunión con Dios. Mientras guardemos cosas pecaminosas en nuestro corazón no tendremos apetito ni asimilación de la Palabra de Dios.

La primera reacción de Josías ante la lectura del libro de la ley fue compunción y temor. Se da cuenta de lo grande del pecado del pueblo y de la inminencia del juicio.

¡Qué privilegio el nuestro al tener el Libro de Dios en nuestras manos! Sometámonos a su autoridad con conciencia tierna y corazón contrito y su efecto será poderoso en nuestra vida personal, familiar y en la vida de nuestra iglesia.

“El Sembrador”
La Semilla es la Palabra de Dios
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