Edom era un pueblo que vivía en una zona montañosa que presentaba una fortaleza natural impenetrable, de allí su confianza (vs. 3,43La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada; que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra? 4Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas pusieres tu nido, de ahí te derribaré, dice Jehová.).
Sea esto una advertencia al hombre que se siente seguro de sí mismo, pues más grande que el hombre es Dios (vs. 8,9 8¿No haré que perezcan en aquel día, dice Jehová, los sabios de Edom, y la prudencia del monte de Esaú? 9Y tus valientes, oh Temán, serán amedrentados; porque todo hombre será cortado del monte de Esaú por el estrago.).
El hombre es muy propenso a juzgar a su hermano y la advertencia de Abdías (v. 15Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones; como tú hiciste se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza.) tiene eco en la de Pablo en Romanos 2:1-11IR A LA BIBLIA EN LÍNEA; y un paralelo en las palabras de Cristo (Mt. 7:12Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.).
La diferencia entre Jacob y Esaú no estaba en cuánto habían pecado sino en cuál había sido su reacción a las promesas de Dios. Jacob las buscó mientras que Esaú las despreció.
Dios, viendo el deseo de Jacob, lo sometió a disciplina hasta que aprende obediencia y al fin queda un remanente (v. 17Mas en el monte de Sion habrá un remanente que se salve; y será santo, y la casa de Jacob recuperará sus posesiones.). De Esaú no queda ni un rebusco (v. 5Si ladrones vinieran a ti, o robadores de noche (¡cómo has sido destruido!), ¿no hurtarían lo que les bastase? Si entraran a ti vendimiadores, ¿no dejarían algún rebusco?).
Si “el reino será de Jehová” (v. 21Y subirán salvadores al monte de Sion para juzgar al monte de Esaú; y el reino será de Jehová. ), más vale ser su súbdito desde hoy. ¿No cree Ud.?