Viene un león y arrebata una oveja; corre el pastor tras la fiera y la derriba, pero sólo puede arrebatar de ella “la punta de una oreja” (v. 12Así ha dicho Jehová: De la manera que el pastor libra de la boca del león dos piernas, o la punta de una oreja, así escaparán los hijos de Israel que moran en Samaria en el rincón de una cama, y al lado de un lecho.). Esta es la siguiente ilustración que usa Amós. Hagamos tres preguntas:
1) ¿Por qué permitió Dios que el enemigo viniera a derrotar a su pueblo (v. 11Por tanto, Jehová el Señor ha dicho así: Un enemigo vendrá por todos lados de la tierra, y derribará tu fortaleza, y tus palacios serán saqueados.)? Porque no había sabido vivir a la altura de sus privilegios. Es el único pueblo que Dios ha conocido de entre la tierra (v. 2A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades.) y, porque “no saben hacer lo recto” (v. 10No saben hacer lo recto, dice Jehová, atesorando rapiña y despojo en sus palacios.), Dios no podía ya andar entre ellos (v. 3¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?). El rugido del león, cual la voz del profeta (vs. 7,87Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. 8Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?) advertiría a la presa que, si es fuerte podrá huir, pero si es débil caerá en sus garras. Tal es la caballerosidad del rey de la selva cuando busca alimento para saciar su hambre. Israel era una oveja débil, por vivir lejos de Dios, y es presa fácil para el león.
2) ¿Por qué corrió el pastor a librarla? Porque Dios los ama con amor eterno. Permitirá su castigo, pero no su destrucción.
3) ¿Para qué sirve la punta de la oreja? Para nada. ¡Cuántos hay que serán salvos “como por fuego” (1 Co. 3:15Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.)! Meditemos en esto.