Así terminó David su vida. Hubo páginas oscuras y momentos amargos, pero llega al fin con gozo y en plena comunión con Dios. ¿Podemos decir lo que dijo David en el versículo 17Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te agrada; por eso yo con rectitud de mi corazón voluntariamente te he ofrecido todo esto, y ahora he visto con alegría que tu pueblo, reunido aquí ahora, ha dado para ti espontáneamente.? Ante el Señor debemos ser rectos porque él escudriña los corazones y no puede ser engañado. Esta oración de David contiene la expresión más sublime de adoración jamás escrita (vs. 11-1311Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. 12Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. 13Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre.). Vale la pena analizarla cuidadosamente, memorizarla devotamente y usarla frecuentemente.
El verdadero adorador es humilde. El hombre, ante Dios, no es ni tiene nada de valor, no tiene ninguna base para jactancia: “de lo recibido de tu mano te damos” (v. 14Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.).
Habiendo adorado, ahora ora fervientemente por su hijo y ejerce influencia positiva sobre el pueblo (vs. 19,2019Asimismo da a mi hijo Salomón corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, tus testimonios y tus estatutos, y para que haga todas las cosas, y te edifique la casa para la cual yo he hecho preparativos. 20Después dijo David a toda la congregación: Bendecid ahora a Jehová vuestro Dios. Entonces toda la congregación bendijo a Jehová Dios de sus padres, e inclinándose adoraron delante de Jehová y del rey.). En esta condición feliz, David llega al final de su reinado: 40 años, no todos dichosos, pero termina “en buena vejez, lleno de días, de riquezas y de gloria” (v. 28Y murió en buena vejez, lleno de días, de riquezas y de gloria; y reinó en su lugar Salomón su hijo.). Vivamos hoy, con la ayuda de Dios, de tal manera que podamos terminar con gozo la carrera que tenemos por delante (Hch. 20:24Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. ).