El primer versículo describe la destrucción de los ídolos y de los lugares de adoración falsa. El resto del capítulo describe la restauración de lo verdadero.
Ezequías establece el orden señalado por David que vimos al final de 1 Crónicas. Esto fue abandonado durante los años de apostasía. El rey dio lo necesario para el servicio público y el pueblo dio los diezmos y primicias establecidos en la ley de Moisés. Esto sirvió no sólo para suplir lo necesario para los sacerdotes y levitas, sino que hubo gran abundancia, al grado que tuvieron que preparar más cámaras para almacenar las ofrendas del pueblo. Todos los que tenían algún cargo que desempeñar lo hacían “con fidelidad” (vs. 12,15,18 12y en ellos metieron fielmente las primicias, los diezmos y las cosas consagradas. Nombraron a cargo de ello al levita Conanías, el principal, y Simei, su hermano, fue el segundo. 15A sus órdenes estaban Edén, Miniamín, Jesúa, Semaías, Amarías y Secanías, en las ciudades de los sacerdotes, para dar con fidelidad a sus hermanos sus porciones conforme a sus grupos, lo mismo al mayor que al menor 18Eran inscritos con todos sus niños, sus mujeres, sus hijos e hijas, es decir, toda la comunidad; porque con fidelidad se consagraban a las cosas santas.).
Resumamos: ¿Qué resultados debe traer un avivamiento? Un pueblo unido debe quitar todo lo que no agrada a Dios, debe ofrendar generosamente para sostener la obra de Dios y cada creyente debe desempeñar fielmente el ministerio que le ha sido encomendado. Ezequías “buscó a su Dios, lo hizo de todo corazón, y fue prosperado” (v. 21En todo cuanto emprendió en el servicio de la casa de Dios, de acuerdo con la ley y los mandamientos, buscó a su Dios, lo hizo de todo corazón, y fue prosperado.).