La alianza promovida por el padre al casar a Joram con la hija de Acab produce el fruto inevitable. La hija del asesino Acab probablemente instigó el fratricidio cometido por Joram contra sus seis hermanos (v. 4Fue elevado, pues, Joram al reino de su padre; y luego que se hizo fuerte, mató a espada a todos sus hermanos, y también a algunos de los príncipes de Israel. ).
La carta de Elías presenta algunas dificultades, ya que este profeta subió al cielo en carro de fuego años antes de que reinara Joram. Si recordamos que Elías era profeta, una posible solución es que Dios le reveló lo que debía escribir y la carta esperó hasta el momento indicado para ser entregada por otro siervo de Dios.
El castigo es severo: pierde a toda su familia, menos a su hijo menor Joacaz y Jehová lo hiere con una enfermedad penosa e incurable. Triste fin de un rey idólatra y asesino. “Murió sin que lo desearan más” (v. 20Cuando comenzó a reinar era de treinta y dos años, y reinó en Jerusalén ocho años; y murió sin que lo desearan más. Y lo sepultaron en la ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes.) y no recibió las honras fúnebres normales.
Pero esto no es todo lo que hay al final de una vida sin Dios. Al castigo en vida, hay que añadir el castigo eterno (Jud. 13fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas.).
Seamos advertidos de las consecuencias inevitables del pecado (Nm. 32:23Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis pecado ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os alcanzará.).