Mayo 24

Josué 16:1-17:18Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

“MIS ENTRAÑAS SE CONMOVIERON POR ÉL”

Dios dijo estas palabras de hondo significado al referirse a Efraín (Jer. 31:20¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿no es niño en quien me deleito? pues desde que hablé de él, me he acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice Jehová.), de quien también dijo: “¿No es niño en quien me deleito?”

Su carácter de niño lo vemos reflejado en la insatisfacción de los hijos de José (17:14,1514Y los hijos de José hablaron a Josué, diciendo: ¿Por qué nos has dado por heredad una sola suerte y una sola parte, siendo nosotros un pueblo tan grande, y que Jehová nos ha bendecido hasta ahora? 15Y Josué les respondió: Si sois pueblo tan grande, subid al bosque, y haceos desmontes allí en la tierra de los ferezeos y de los refaítas, ya que el monte de Efraín es estrecho para vosotros.). Pero no nos fijemos en los caprichos del hombre sino en la bondad de Dios. Los hijos de José eran hijos de gentil (Gn. 41:45Y llamó Faraón el nombre de José, Zafnat-panea; y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto.) y pudieron, humanamente, quedar excluidos del pueblo de Dios. Las razas de Mesopotamia y Egipto eran diferentes y esto se reflejaría en sus fisonomías, pero no fueron marginados. Fueron nombrados entre los hijos de Israel y, aún más, se les otorga el derecho de primogenitura (1 Cr. 5:2bien que Judá llegó a ser el mayor sobre sus hermanos, y el príncipe de ellos; mas el derecho de primogenitura fue de José)) y con ello una doble porción (Gn. 48:22Y yo te he dado a ti una parte más que a tus hermanos, la cual tomé yo de mano del amorreo con mi espada y con mi arco.). ¿Es esto lo que reclaman (17:14Y los hijos de José hablaron a Josué, diciendo: ¿Por qué nos has dado por heredad una sola suerte y una sola parte, siendo nosotros un pueblo tan grande, y que Jehová nos ha bendecido hasta ahora? )?

Con la repartición que leímos hoy, la casa de Lea (Judá) y la casa de Raquel (José) han recibido su tierra y aparentemente termina el trabajo encomendado a Josué.

La distinción dada a Efraín (Sal. 60:6,76 Dios ha dicho en su santuario: Yo me alegraré; Repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot. 7 Mío es Galaad, y mío es Manasés; Y Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá es mi legislador.) nos lleva a pensar en las bendiciones que nos han tocado a nosotros, pueblo gentil (Ro. 11:33¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! ).

“El Sembrador”
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