Los últimos cinco capítulos son el apéndice. Revelan la corrupción que había durante los tiempos de apostasía y no son eventos que ocurrieron después de la muerte de Sansón.
Estos capítulos exponen la raíz del mal y el fruto que produjo. Muchos creen que estos eventos ocurrieron al principio del período de los jueces y que deberían estar entre los capítulos 2 y 3. ¿Por qué relatar al final del libro lo que ocurrió al principio? Dios lo hace para enseñarnos que la causa de tantos fracasos fue el no reconocerle como Señor. En vez de hacer lo que Jehová había mandado a su siervo Moisés “cada uno hacía lo que bien le parecía” (v. 6En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía.).
En el dinero robado que se utiliza para hacer imágenes vemos superstición en vez de fe. Al dios falso se le añade un sacerdocio falso. Micaía, sin derecho a hacerlo, consagra a un sacerdote y le ofrece sueldo, vestidos y comida. Lo triste es que toda esta actividad religiosa se considera como base para disfrutar prosperidad.
Así es con la cristiandad actual: un culto de diseño humano sustituye en muchos lugares al celo de hacer las cosas como Dios manda.