Este tema ha de interesarnos a los que tenemos “el ministerio de la reconciliación” (2 Co. 5:18Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación). Hay tres etapas:
1. El encuentro (vs. 2,32Esta será la ley para el leproso cuando se limpiare: Será traído al sacerdote, 3y éste saldrá fuera del campamento y lo examinará; y si ve que está sana la plaga de la lepra del leproso). El pecador se ha de encontrar con Cristo, pero alguien, un amigo o familiar, lo traería ante él.
2. La purificación (vs. 4-74el sacerdote mandará luego que se tomen para el que se purifica dos avecillas vivas, limpias, y madera de cedro, grana e hisopo. 5Y mandará el sacerdote matar una avecilla en un vaso de barro sobre aguas corrientes. 6Después tomará la avecilla viva, el cedro, la grana y el hisopo, y los mojará con la avecilla viva en la sangre de la avecilla muerta sobre las aguas corrientes; 7y rociará siete veces sobre el que se purifica de la lepra, y le declarará limpio; y soltará la avecilla viva en el campo). Note que no era el leproso sino “alguien” a nombre de él, quien llevaba las ofrendas (v. 44el sacerdote mandará luego que se tomen para el que se purifica dos avecillas vivas, limpias, y madera de cedro, grana e hisopo. ). Hermosa figura de Cristo que se presentó por nosotros (Heb. 9:24Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios). Un ave moría (vino a morir) en un vaso de barro (cuerpo humano: Heb. 2:14Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo), sobre aguas corrientes o potables (en obediencia a la Palabra de Dios: Mt. 5:17No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.). Se tomaba cedro (hombre), grana (Rey) e hisopo, una yerba común (humildad y desprecio) y con la segunda avecilla que se mojaba en la sangre de la primera, se rociaba al que había de ser declarado limpio (somos limpios en su virtud y por su sangre). Después, un ave subía al cielo (el testimonio ante el Padre del Cristo resucitado). Lo demás quedaba en la tierra (el testimonio de la vida y ministerio de Cristo).
3. La consagración (vs. 10-18Ir a la Biblia en línea; Éx. 29:20Y matarás el carnero, y tomarás de su sangre y la pondrás sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre el lóbulo de la oreja de sus hijos, sobre el dedo pulgar de las manos derechas de ellos, y sobre el dedo pulgar de los pies derechos de ellos, y rociarás la sangre sobre el altar alrededor.). El que ha sido declarado limpio debe andar en la perfección de Cristo (sangre) y en el poder del Espíritu (aceite) (Gá. 3:27porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.; 4:6Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!).