Abril 11

Levítico 7:22-38Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

PROHIBICIONES

Notemos lo que los hijos de Israel no podían comer:

1. Ninguna grosura de animal (v. 23Habla a los hijos de Israel, diciendo: Ninguna grosura de buey ni de cordero ni de cabra comeréis. ). La grosura de todo sacrificio pertenecía a Jehová y por esto, simbólicamente, se había consagrado la grosura de todo animal.

2. Ninguna sangre (v. 26Además, ninguna sangre comeréis en ningún lugar en donde habitéis, ni de aves ni de bestias.). Esta prohibición venía desde los tiempos de Noé (Gn. 9:4Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.). En la sangre está la vida y toda vida es don de Dios.

3. La espaldilla derecha y el pecho. No la podían comer porque era de Aarón y de sus hijos (v. 34Después con su dedo el sacerdote tomará de la sangre de la expiación, y la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará el resto de la sangre al pie del altar.).

De las tres, sólo la segunda perdura en forma literal (Hch. 15:20Sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.), pero todas nos dan una lección espiritual.

1. Lo que pertenece a Dios: “todas las almas son mías” (Ez. 18:4He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.). Quien retiene lo que a Dios se debe dar “será cortado de entre su pueblo” (v. 25Porque cualquiera que comiere grosura de animal, del cual se ofrece a Jehová ofrenda encendida, la persona que lo comiere será cortada de entre su pueblo.).

2. Lo que es la vida de mi prójimo. El Señor Jesús enseñó que no podemos ejercer autoridad sobre nuestros semejantes bajo ninguna circunstancia (Mt. 20:25-2725Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. 26Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 27y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo).

3. Lo que ha sido consagrado a Dios. El día del Señor, la mesa del Señor, etc. Se nos amonesta tener estas cosas como santas y no sustraer de ellas. Pensemos en lo que les pasó a Ananías y a Safira por su desobediencia a estas instrucciones (Hch. 5:1-11Ir a la Biblia en línea).

“El Sembrador”
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