La sabiduría que éstos destilan es mayor que la de Salomón; es la del Espíritu perfecto que los inspiró.
Hay ejemplos en la Biblia de hombres que endurecieron la cerviz (v. 1El hombre que reprendido endurece la cerviz, De repente será quebrantado, y no habrá para él medicina.). Esta expresión se refiere al buey que se resiste a llevar el yugo. El yugo que Dios nos señala es fácil y es para nuestro bien. El que no lo acepta se expone a juicio irrevocable como el caso de Faraón, de los hijos de Coré, de Acab y de Jezabel, de Belsasar y de muchos más.
Hay marcado contraste entre los pendencieros y los pacificadores (v. 8Los hombres escarnecedores ponen la ciudad en llamas; Mas los sabios apartan la ira.). Los primeros hacen mucho daño; los otros son bienaventurados (Mt. 5:9Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.).
¡Qué diferencia hay entre dar rienda suelta a la ira y el controlarla y dominarla! (v. 11El necio da rienda suelta a toda su ira, Mas el sabio al fin la sosiega.; 14:17,2917 El que fácilmente se enoja hará locuras; Y el hombre perverso será aborrecido. 29 El que tarda en airarse es grande de entendimiento; Mas el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad.; 16:32Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.; 25:28Como ciudad derribada y sin muro Es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.).
La profecía (v. 18 Sin profecía el pueblo se desenfrena; Mas el que guarda la ley es bienaventurado.) es, literalmente: visión que recibe el profeta. La condición de Israel en tiempos de Elí ilustra este proverbio: “La palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia” (1 S. 3:1El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia.).
En la iglesia también hace falta visión y ministerio profético para evitar la desidia, el desenfreno y el desorden.