Marzo 17

Marcos 8:1-26Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

OJOS, OÍDOS, MENTE

Si no somos capaces de usar los datos que captamos, y aquellos que tenemos almacenados para comprender quién es Cristo y qué puede hacer por nosotros, tenemos el corazón endurecido y somos poco menos que estatuas que no se conmueven ante el amor de Dios o la necesidad del prójimo (vs. 17-21 17Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? 18¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis? 19Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce. 20Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete. 21Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis?).

Por segunda vez el Señor multiplicó los panes para saciar la multitud. ¿No podría el Señor alimentar con un pan a doce discípulos (v. 14Habían olvidado de traer pan, y no tenían sino un pan consigo en la barca.)?

Frente a todos los milagros del Señor corría el comentario: “Bien lo ha hecho todo” (7:37Y en gran manera se maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar.). ¿Por qué, pues, pedían los fariseos señal del cielo? ¿No era el Cielo mismo, el que había conferido el poder para hacer los milagros?

Muchos, frente a las pruebas de que Jesús es Dios, Señor y Salvador actuamos como el ciego de Betsaida: vemos los hombres “como árboles” (v. 24El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan.), pero, si a diferencia de los fariseos, tenemos el deseo de aprender, el Señor tendrá la paciencia para enseñarnos (vs. 15-2115Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes. 16Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no trajimos pan. 17Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? 18¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis? 19Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce. 20Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete. 21Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis?) y pondrá en nosotros otra vez las manos hasta que veamos de lejos y con claridad (v. 25Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos.).

“El Sembrador”
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