Marzo 16

Marcos 7:24-37Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

¿OTRA CONFUSIÓN?

Ayer notamos cómo los fariseos habían confundido la claridad de la ley con sus tradiciones. Hoy resalta la idea de que el Señor no quería que los que habían sido sanados divulgaran la noticia (v. 24Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse. ).

¿Por qué pedía el silencio? Pudiera ser que buscaba que las noticias no transcendieran las fronteras, pero hay razones de más peso:

Al contar sus milagros, los beneficios para el que había sido sanado se exageraban y muchos lo buscarían por conveniencia.

Pronto comenzaría a anunciar su muerte en la cruz, lugar donde la verdad se haría notoria. Dios permitió que hiciera los milagros para que por ellos quedara de manifiesto que era su Hijo, pero ante la acusación de que mentía al decirse Hijo de Dios (14:61Mas él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?), ninguno de entre la multitud que había sido sanado se presentaba como prueba de que la acusación era falsa. Buscaban la curación de sus cuerpos, pero no comprendían la responsabilidad que sobre ellos caía: la de confesar que Jesús era el Cristo.

Nosotros podemos estar tan interesados en escapar del infierno que no nos preocupamos de nuestra responsabilidad de ser testigos de las grandes cosas que el Señor ha hecho con nosotros.

“El Sembrador”
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