Enero 17

Salmo 58:1-11Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

LOS JUECES JUZGADOS

Este es un salmo imprecativo, es decir, uno que pide castigo para los malos y, aún más, se alegra cuando ve la venganza de Dios.

Es difícil reconciliar estos sentimientos con la actitud que debemos sentir hacia nuestros enemigos en este día de la gracia, pero ha de llegar el día cuando también nos gozaremos al ver que Dios, en juicio, destruye a los que oprimen al pobre y blasfeman su nombre. Es sentimentalismo enfermo y debilidad de carácter simpatizar con el impío y no reaccionar favorablemente ante la demostración de la ira santa de Dios.

El salmo tiene tres partes: la corrupción (vs. 1-51 Oh congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia? ¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres? 2 Antes en el corazón maquináis iniquidades; Hacéis pesar la violencia de vuestras manos en la tierra. 3 Se apartaron los impíos desde la matriz; Se descarriaron hablando mentira desde que nacieron. 4 Veneno tienen como veneno de serpiente; Son como el áspid sordo que cierra su oído, 5 Que no oye la voz de los que encantan, Por más hábil que el encantador sea.); y el castigo (vs. 6-96 Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas; Quiebra, oh Jehová, las muelas de los leoncillos. 7 Sean disipados como aguas que corren; Cuando disparen sus saetas, sean hechas pedazos. 8 Pasen ellos como el caracol que se deslíe; Como el que nace muerto, no vean el sol. 9 Antes que vuestras ollas sientan la llama de los espinos, Así vivos, así airados, los arrebatará él con tempestad.); y la satisfacción del justo ante este castigo (vs. 10,1110 Se alegrará el justo cuando viere la venganza; Sus pies lavará en la sangre del impío. 11 Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay galardón para el justo; Ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.).

Al orar por la destrucción de los impíos se amontonan las metáforas con elocuencia sin paralelo en la literatura universal: leoncillos desdentados, agua que desaparece, saetas que destruyen a quienes las lanzan, un caracol que se deshidrata al arrastrarse por el pavimento caliente, una criatura abortada y un campamento donde los viajeros piensan comer, pero antes de hacerlo son asolados por terrible tempestad.

Recordemos que la venganza pertenece a Dios (Ro. 12:19No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.).

“El Sembrador”
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