Este es el central de siete salmos penitenciales, donde se expresa pesar por el pecado y se pide perdón (6Ir a la Biblia en línea (sitio externo),33Ir a la Biblia en línea (sitio externo),38Ir a la Biblia en línea (sitio externo),51Ir a la Biblia en línea (sitio externo),102Ir a la Biblia en línea (sitio externo),130Ir a la Biblia en línea (sitio externo),143Ir a la Biblia en línea (sitio externo)).
Nos asombra que Dios pueda sacar perfume de la penitencia, y gloria para su nombre de la inmundicia del pecado; pero este salmo demuestra que esto es posible. El fondo histórico es 2 Samuel 11Ir a la Biblia en línea (sitio externo),12Ir a la Biblia en línea (sitio externo) y el Salmo 32Ir a la Biblia en línea (sitio externo) se basa en este mismo acontecimiento.
Aprendamos a confesar nuestro pecado como lo hace aquí el salmista y no como solemos hacerlo las más de las veces. Aquí no hay excusas, pero sí hay cinco pasos que debemos dar: pecado confesado, responsabilidad aceptada, arrepentimiento, petición de renovación y compromiso aceptado.
El pecado es mancha que debe ser borrada, vestido inmundo que debe ser lavado y contaminación mortal de la cual debemos ser purificados. La rebelión es contra Dios, la maldad es interna, y pecado significa no dar en el blanco. Estas son acciones contrarias o por debajo de lo que Dios espera de nosotros. Arrepentimiento, contricción y dolor llenan todo el salmo por el mal que David hizo a sus semejantes, pero sobre todo por haber pecado contra Dios (v. 4Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio.). El pecado corta la comunión, pero el perdón la restaura (v. 12Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.).