Desde el Edén se encuentran historias de cómo la mujer ha introducido el pecado. El ejemplo más fuerte quizá es el de Salomón y sus mujeres (Neh. 13:26¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Bien que en muchas naciones no hubo rey como él, que era amado de su Dios, y Dios lo había puesto por rey sobre todo Israel, aun a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras.). Pero, en la Biblia, Dios no culpa a la mujer, ni excusa al hombre, sino que culpa a ambos: al hombre, por no cuidar al “vaso más frágil” (1 P. 3:7Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.) y a la mujer, por no buscar apoyo en el más fuerte: Dios.
Sería interesante comparar la lista de atavíos y adornos de ayer y hoy (3:18-23Aquel día quitará el Señor el atavío del calzado, las redecillas, las lunetas, 19los collares, los pendientes y los brazaletes, 20las cofias, los atavíos de las piernas, los partidores del pelo, los pomitos de olor y los zarcillos, 21los anillos, y los joyeles de las narices, 22las ropas de gala, los mantoncillos, los velos, las bolsas, 23los espejos, el lino fino, las gasas y los tocados.). La lección a aprender es que mientras la mujer busque adornar su fragilidad con velos y joyas, que son obras de humanos, estará bajo el juicio de Dios. El hombre verá en ella lo sensual y pasajero, y no los adornos del alma que son obra de Dios; adornos que son eternos y que hablan del espíritu (1 P. 3:3,4 3Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 4sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.).
Llama la atención el cuadro de siete mujeres que sin sus galas y galanes están desamparadas (4:1Echarán mano de un hombre siete mujeres en aquel tiempo, diciendo: Nosotras comeremos de nuestro pan, y nos vestiremos de nuestras ropas; solamente permítenos llevar tu nombre, quita nuestro oprobio.). Pero en aquel día de desesperación vendrá el renuevo, no porque el pueblo lo merezca, sino porque la fidelidad y misericordia de Dios lo ha prometido y preparado, y a su debido tiempo lo presentará (4:2-62En aquel tiempo el renuevo de Jehová será para hermosura y gloria, y el fruto de la tierra para grandeza y honra, a los sobrevivientes de Israel. 3Y acontecerá que el que quedare en Sion, y el que fuere dejado en Jerusalén, será llamado santo; todos los que en Jerusalén estén registrados entre los vivientes, 4cuando el Señor lave las inmundicias de las hijas de Sion, y limpie la sangre de Jerusalén de en medio de ella, con espíritu de juicio y con espíritu de devastación. 5Y creará Jehová sobre toda la morada del monte de Sion, y sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá un dosel, 6y habrá un abrigo para sombra contra el calor del día, para refugio y escondedero contra el turbión y contra el aguacero.).