Diciembre 15

Isaías 63:15-64:12Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

“¿PODREMOS ACASO SER SALVOS?”

En este pasaje el profeta nos enseña a orar. Menciona el poder y los atributos de Dios. Recuerda sus intervenciones pasadas a favor de su pueblo, notablemente, su presencia y poder en el monte Sinaí. Confiesa el pecado del pueblo y también su indignidad. No merecen ser salvos.

La pregunta que usamos como título (64:5Saliste al encuentro del que con alegría hacía justicia, de los que se acordaban de ti en tus caminos; he aquí, tú te enojaste porque pecamos; en los pecados hemos perseverado por largo tiempo; ¿podremos acaso ser salvos?), sólo encuentra respuesta en el evangelio de la gracia de Dios. Jamás habrá méritos en el pecador ya que sus obras de justicia (no sus pecados) son como trapo de inmundicia. La oración luego toma como base de su plegaria la relación entre Dios y su pueblo: “Tú eres nuestro Padre” (v. 8Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros. ).

Nosotros somos barro y él es quien nos formó. Por lo tanto somos obra de sus manos.

Imitemos la humildad y el fervor que hallamos en las palabras y la súplica del profeta. Procuremos ser como los que describe el versículo 5Saliste al encuentro del que con alegría hacía justicia, de los que se acordaban de ti en tus caminos; he aquí, tú te enojaste porque pecamos; en los pecados hemos perseverado por largo tiempo; ¿podremos acaso ser salvos?: hagamos justicia con alegría y recordemos a Dios en nuestros caminos durante todo este día.

¡Seamos para gloria y alabanza del que nos formó con sus manos!

“El Sembrador”
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