Las leyes de nuestra porción tal vez parezcan poco prácticas, pero hay detrás de ellas lecciones de importancia.
Un hebreo no podía enriquecerse a costa de sus hermanos. No podía tomar ventaja de su suerte de ser rico para humillar a su hermano. Ser rico (y esto no sólo implica dinero) debe interpretarse como mayor responsabilidad, no como mayor privilegio.
Otro punto interesante es que cada siete años las distinciones de “clase” desaparecían: pobre y rico, esclavo y amo deberían verse iguales. Esto era esencial si habrían de ser un pueblo de hermanos.
Finalmente, tenemos el cuadro del esclavo agradecido que no deseaba dejar a su amo, es muy conmovedor (lea el comentario del 27 de julio“YO AMO A MI SEÑOR”). El oído horadado era señal de un servicio dado por amor.
Es hermoso notar que al hablar del Señor Jesús, “Me preparaste cuerpo” es la interpretación del Espíritu a: “Has abierto mis oídos” (Heb. 10:5Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo.; Sal. 40:6Sacrificio y ofrenda no te agrada; Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado.). Las señales en el cuerpo de Cristo son la prueba de que nos sirve “por amor”. ¿Llevamos las marcas del Señor Jesús (Gá. 6:17De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.)?