A Dios le gusta llevar la contabilidad y no es porque necesita hacerlo ya que a él no se le olvida nada ni tiene que someterse a la auditoría de nadie. Muchos pasajes de la Biblia son inventarios de bienes y posesiones y hay muchas referencias en la Biblia a libros de memoria que Dios escribe y que un día serán abiertos (Sal. 139:16Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.; Mal. 3:16Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre.; Ap. 20:12Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.).
Sería interesante calcular el costo del material empleado en la construcción del tabernáculo. Tal vez algún lector de estas notas, a quien le gusten los números, quiera sacar la equivalencia en la moneda de su país del material aquí anotado.
Oro ocuparía el primer lugar: 29 talentos y 730 siclos. Cada varón mayor de 20 años dio medio siclo de plata: 603,550 personas dieron 301,775 siclos de plata. De bronce hubo 70 talentos y 2,400 siclos. Hubo, además, las piedras preciosas usadas en las vestimentas del sumo sacerdote.
Será necesario convertir talentos y siclos a gramos y luego buscar la cotización actual de estos metales. Dios dio esta riqueza a su pueblo cuando salieron de Egipto. Dios nos ha confiado riquezas a nosotros. ¿Qué hacemos con los bienes que Dios nos ha confiado?