JOSÉ era pastor, así como lo es el Señor, tanto para Israel como para la iglesia (Sal. 231 Jehová es mi pastor; nada me faltará. 2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. 3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. 4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. 5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. 6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.; Jn. 10:14-16 14Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 15así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. 16También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.; Heb. 13:20Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno; 1 P. 5:4Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. ).
José fue odiado por sus hermanos y Cristo, por envidia, también fue odiado y entregado a muerte (Mt. 27:18Porque sabía que por envidia le habían entregado.; Jn. 15:25Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron.).
José fue enviado por su padre a buscar el bienestar de sus hermanos (v. 13Y dijo Israel a José: Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem: ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí.) y así también el Padre celestial envió a su Hijo a ser el Salvador del mundo (1 Jn. 4:9,10,149En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. 10En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 14Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.).
Cristo siempre estuvo consciente de haber sido enviado por su Padre y lo afirma más de diez veces tan solo en el Evangelio según San Juan. Por eso lleva el título de apóstol (Heb. 3:11Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús), que significa “enviado”. Demos gracias a Dios por la obediencia que es base de todas las bendiciones que tenemos en Cristo.
La obediencia es costosa y vemos esto, tanto en el caso de José, como en el de nuestro Salvador. Separación y sufrimiento no hicieron que ninguno de los dos volviera atrás sin cumplir la voluntad del que los envió.
¿Estamos dispuestos a pagar el precio que sea necesario para cumplir la voluntad de nuestro Padre celestial?