GOMER había llegado al mercado de esclavas (Ro. 6:23Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.). Comenzó con las adulaciones de sus amantes y acabó escuchando los insultos de los mercaderes. De esta condición Oseas la redime (3:2La compré entonces para mí por quince siclos de plata y un homer y medio de cebada. ) haciendo:
1. Cambio jurídico. Con el precio que pagó Oseas, Gomer pasó a ser su posesión personal: “Tú serás mía” (3:3Y le dije: Tú serás mía durante muchos días; no fornicarás, ni tomarás otro varón; lo mismo haré yo contigo.). Este es un cambio instantáneo, completo e irreversible. Al menos así lo es con el esclavo del pecado que cree en Cristo como su Señor y Salvador.
2. Cambio subjetivo. Gomer tenía que cambiar. Fue llevada al desierto (2:14Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.) y en el exilio no se trataron como marido y mujer (3:3Y le dije: Tú serás mía durante muchos días; no fornicarás, ni tomarás otro varón; lo mismo haré yo contigo. ) sino que Oseas esperó hasta que su amor produjera en ella arrepentimiento sincero y un cambio interior total. Este cambio es en pasos progresivos y lo es así también en el creyente.
3. Cambio objetivo. Gomer tendría que ver lo que la rodeaba en forma diferente, comenzando con su marido (2:16En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali.), siguiendo con su matrimonio (2:19,2019Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. 20Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová.) y abarcando todo cuanto la rodeaba (2:23Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío.). Hermosa transformación que también espera Cristo de su esposa: la iglesia. ¿Hemos experimentado estos cambios?