LA quinta y sexta parábolas, EL TESORO y LA PERLA, tienen un mensaje hermoso que nos habla del inmensurable precio de nuestro rescate. El Señor dio todo lo que tenía para comprar la iglesia (vs. 44,4644Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. 46que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.; Ef. 5:2525Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella). Pero también, en la comparación histórica, vemos cómo Cristo sacó a la luz a su iglesia, cuando estaba cubierta por tradiciones y perdida en el mar de la ignorancia.
En los siglos conocidos como el Renacimiento (la época de Sardis), gracias a la impresión y difusión de la Biblia, la iglesia encontró doctrinas fundamentales como la de salvación por gracia por medio de la fe, y en la de Filadelfia, la época siguiente, fueron descubiertas verdades como el retorno de Cristo por su iglesia y la celebración de la cena del Señor, así como la orden de predicar el evangelio a toda criatura.
La séptima parábola, LA RED, nos habla del “fin del siglo” (v. 49Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos), el momento en que vivimos, cuando la oportunidad de aceptar la salvación que Dios ofrece por gracia terminará y en la “orilla” (v. 48y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.) quedará toda suerte de peces: los fríos, los calientes y los tibios (Ap. 3:14-22Ir a la Biblia en línea (sitio externo)). Sólo los justos resplandecerán en el reino del Padre (v. 43Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.).