Febrero 27

Mateo 8:18-34Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

SÓLO EN LA CRUZ

COMPAREMOS el versículo 20Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza. con Juan 19:30Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.. Mientras el Señor no pronunciara: “Consumado es”, las multitudes lo asecharían impidiéndole descansar, y el pecado sería la causa.

En nuestra lectura de hoy notemos:

1. La voz del preocupado. Ante la acción de Satanás, viene la reacción del hombre que, por su pecado, y el temor a la muerte (el castigo de éste), exclama: “Perecemos” (v. 25Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!; Heb. 2:15y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.).

2. El clamor del ofuscado. Los dos endemoniados representan a la humanidad que, desesperada y exhausta por causa del pecado, no sabe ni por qué clama: “¿Qué tienes con nosotros?” (v. 29Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?).

3. Las demandas del impertinente. La situación provocada por aquellos que, cegados por Satanás (2 Co. 4:4en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.), ruegan que Cristo se aleje de sus contornos (v. 34Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos.).

Frente a este cuadro de actividad toma realce el presente. Hoy el Hijo está sentado a la diestra del Padre, “habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados” (Heb. 1:3el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, ), lo que nos habla de la victoria completa sobre el pecado.

El discípulo, que no ha de ser más que su Maestro (10:24El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor.), debe vivir una vida de servicio al contestar el llamado: “Sígueme” (vs. 18-2218Viéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar al otro lado. 19Y vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. 20Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza. 21Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. 22Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.).

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