Febrero 23

Mateo 6:1-18Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

LA ORACIÓN MODELO

ESTA oración se presenta dentro de un marco que incluye limosnas y ayuno. Las tres cosas se consideran como justicias y se enseña que éstas no deben hacerse para ser vistos de los hombres.

Al dar limosna debo recordar que no soy yo el bueno, sino Dios quien me da qué compartir (v. 2Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.). Al ayunar debo saber que esto es algo que profundizará mi relación con Dios, no algo que mejorará el concepto que los hombres tienen de mí (vs. 17,1817Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.).

Visto esto, concentrémonos en la enseñanza sobre la oración. Las ceremonias deben ser erradicadas de nuestras oraciones, pues son un momento de comunión con Dios y no de contacto con el público (vs. 5,65Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 6Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.). Es fácil subrayar en esta oración modelo (vs. 9-139Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 11El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 12Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.):

1. Lo que reconozco que Dios es.

2. Lo que pido. (a) Para Dios. (b) Para mí.

3. Lo que reconozco que Dios tiene.

Estos son tres ingredientes fundamentales de toda oración.

No es tan fácil ver los puentes entre el cielo y la tierra que hace la palabra “como”: el de la obediencia a la voluntad de Dios (v. 1010Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.); el del perdón de las deudas (v. 12Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.).

¿Obedezco como los ángeles? ¿Perdono como lo hace Dios?

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